La tecnología se ha convertido en un avance muy importante en la vida de los seres humanos. Tanto es así que la educación o la salud se nutre de estos grandes avances para mejorar la calidad de vida. Sin embargo, ¿cómo afecta el alto nivel de uso de pantallas a nuestros niños?¿Cuáles son las recomendaciones?.
INTRODUCCIÓN.
La evidencia científica nos demuestra que el aprendizaje visual se desarrolla en niños desde que nacen hasta los 8 años. Actualmente, 1 de cada 4 niños padece algún tipo de enfermedad visual (miopía, estrabismo…) y se estima que la cifra crecerá por el uso de las pantallas pero…
¿POR QUÉ SON “MALAS” LAS PANTALLAS?
El uso continuado de ordenadores, móviles, consolas o televisores provoca un descenso del número de parpadeos lo que a su vez genera visión borrosa transitoria. Esto ocurre en consecuencia de que el párpado distribuye la lágrima natural. Además de la visión borrosa también puede provocar sequedad que en la infancia puede resultar problemático debido a una obstrucción de las glándulas de Meibonio y dejar de fabricar lágrimas.
LÍMITES RECOMENDABLES
LA OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda que los niños menores de 5 años no hagan uso más de una hora al día y desaconsejan el uso en bebés menores de un año.
Existen especialistas en oftalmología que recomiendan:
- 0 a 3 años: no uso de pantallas.
- 3 a 7 años: media hora
- 7 a 12 años: una hora
- 12 a 15 años: hora y media
- Más de 15 años: máximo dos horas diarias
PAUTAS PARA EL TRABAJO CON PANTALLAS.
Existen diversas recomendaciones en cuanto al uso de pantallas diarias. Entre ellas son cuidar la postura corporal, trabajar con luz natural, realizar descansos con periodicidad, un espacio de trabajo limpio y ordenado, utilizar filtros o modo nocturno, usar gafas si están prescritas, utilizar los ratos libres en el aire libre o con la lectura evitando pantallas y acudir a las revisiones oftalmológicas.
SÍNTOMAS DE ALERTA POR LOS QUE ACUDIR A UN ESPECIALISTA EN OFTALMOLOGÍA
Es poco habitual quejas en niños que han tenido problemas visuales desde siempre. Los padres deben estar vigilantes a la siguiente sintomatología:
- Antecedentes familiares de enfermedades visuales, concentración baja, cefaleas recurrentes sin causas aparentes, párpado caído, tics, bajo rendimiento escolar o desviación de ambos ojos o solo uno.